Perder un bebé durante el embarazo, el parto o en los primeros días de vida es una de las experiencias más dolorosas y silenciadas que puede atravesar una mujer. Se trata de un duelo único, profundo, y muchas veces incomprendido por el entorno, que puede dejar una huella emocional y corporal duradera.

Es comprensible que esta vivencia pueda paralizarte, desconectarte de tus proyectos vitales y dificultar el contacto con tu propia identidad. Sin embargo, también es importante saber que no estás sola, y que es posible encontrar un camino de elaboración y sanación.

El duelo perinatal no implica olvidar, sino otorgar un lugar simbólico y emocional a esa pérdida. Acompañarte en este proceso significa brindarte un espacio seguro y respetuoso para expresar tu dolor, tu enojo, tu tristeza o tu confusión, sin juicios ni expectativas. Aquí podrás explorar tu vivencia con libertad, a tu ritmo y desde lo que necesites en cada momento.

A través de herramientas terapéuticas como la escucha activa, la psicoeducación sobre el duelo, la expresión emocional, la visualización guiada o la meditación reparadora, iremos transitando juntas este camino. El objetivo no es “cerrar” el duelo, sino integrarlo a tu historia, dándole sentido, dignidad y lugar.

Sanar no significa dejar de sentir, sino aprender a convivir con la ausencia desde un lugar menos doloroso, más amoroso y más consciente. Es un proceso que requiere tiempo, paciencia, y sobre todo, respeto por lo vivido. Y sobre ese respeto se construye este espacio terapéutico.

Mereces ser acompañada en tu duelo con sensibilidad, sin minimizar tu dolor y sin exigencias externas. Estoy aquí para ayudarte a transitar este proceso, a reconstruir el vínculo contigo misma y a reencontrarte con la posibilidad de una vida plena, aún con la pérdida como parte de tu historia.