La maternidad es un proceso psicológico y emocional que se inicia mucho antes del parto.
Comienza en el deseo, en la construcción simbólica del hijo/a y en los cambios identitarios que se gestan incluso antes de la concepción. Así lo demuestra la psicología perinatal, al entender la maternidad como una transición vital compleja, que abarca dimensiones biográficas, vinculares y sociales desde sus primeras manifestaciones subjetivas.
La maternidad es una experiencia profundamente transformadora. Se trata de una verdadera metamorfosis psíquica, emocional y corporal que nos invita —a veces nos exige— adaptarnos, cuestionarnos, redefinirnos. Es un proceso que implica reconfigurar nuestra identidad, nuestros vínculos, nuestras prioridades y nuestra manera de habitar el mundo.
En este trayecto, es natural que aparezcan dudas, temores, contradicciones o incluso momentos de fragilidad. Lejos de ser un camino lineal, la maternidad se vive como una experiencia única, llena de claroscuros, donde conviven la alegría y el cansancio, el amor profundo y la incertidumbre, la entrega y la necesidad de sostenernos a nosotras mismas.
Pero es precisamente en ese tránsito desafiante donde también pueden abrirse puertas hacia el crecimiento personal y el desarrollo interior. La maternidad puede convertirse en una oportunidad para sanar heridas previas, fortalecer la autoconfianza, cuestionar mandatos heredados y construir una forma más auténtica y consciente de estar en el mundo.
Acompañar esta transformación desde un espacio seguro, amoroso y profesional permite que cada mujer encuentre su propia manera de maternar, de ser, de sentir. Porque en la maternidad también nace una nueva versión de nosotras mismas.
La psicología perinatal es una disciplina que se fundamenta en dos pilares esenciales: por un lado, los aportes de la evidencia científica contemporánea en el campo de la salud mental materno-infantil; por otro, la tradición consolidada de la psicoterapia y la práctica clínica en contextos de gestación, parto, puerperio y crianza temprana.
Este campo de intervención comprende el acompañamiento psicológico desde la etapa preconcepcional hasta los primeros años de vida del niño o niña, abarcando también la experiencia subjetiva de la maternidad, la parentalidad y los vínculos primarios. Un abordaje especializado y sensible en estas etapas críticas favorece la salud psicoemocional de la madre, del bebé y del sistema familiar, promoviendo el desarrollo de vínculos seguros, la prevención del sufrimiento psíquico y la consolidación de recursos personales y vinculares.
Dificultades en la concepción, procesos de reproducción asistida.
Reducción y/o prevención de ansiedad, miedo durante el embarazo y frente al parto
Acompañamiento en el duelo y apoyo emocional en casos de muerte gestacional y perinatal
Proceso emocional en el embarazo y el postparto
Consciencia e integración del parto y cesarea en la biografía personal
Trastornos Perinatales
Depresión posparto (test de depresión perinatal)
Dificultades de vínculo con el bebé
Adaptación personal de la maternidad o paternidad
Crecimiento personal desde la maternidad
Interrupción voluntaria del embarazo
Bebés y padres/madres prematuros
Acompañamiento en la crianza
Dificultades en la sexualidad